Zarrías tiene un plan (o dos)

Gaspar Zarrías en cuerpo y alma, en carne y hueso, se apareció el viernes en Almería para bendecirnos con las dádivas de su bondad infinita al maltrecho pueblo de Carboneras.Pero si interesante es el plan que calla, más interesante si cabe es el plan que cuenta.

El plan que calla es el de Carboneras, el de como compensar a este pueblo por la futura demolición del hotel de El Algarrobico. Sí, ha hablado de que dos empresas “posiblemente de capital andaluz” quieren instalarse allí, y que con el tiempo podrían dar trabajo a la misma cantidad de gente que el hotel. Pero no dice cuales, ni cuando, ni a que se dedican... se trata de ganar el tiempo hasta las elecciones, ese es el plan.

Y es que hay otro plan, el plan que cuenta a los suyos, pero que canta tanto que comienza a dar el cante.Ese plan es el de culpar al PP de todo lo relacionado con el hotel, aunque sea incapaz física e intelectualmente de explicar los motivos. Es verdad que el amo de los medios de comunicación públicos de Andalucía, y señor de la mayoría de medios privados de la “realidad nacional”, verá con satisfacción (¿tendrá palco para ver a los Rolling en El Ejido?) repetido y amplificado su mensaje, pero con los “galos” de esta aldea global no puede (por el momento) y seguiremos insumisos y rebeldes.

Fue el ayuntamiento gobernado por el PSOE quien propició la construcción del hotel de El Algarrobico, y según su alcalde, Cristobal Fernández, dentro de la más absoluta legalidad y con el conocimiento y las subvenciones de la Junta de Andalucía, también del PSOE durante el último cuarto de siglo (ahí es nada).

Que diga Zarrías quién, sino la Junta, defendió la legalidad de todo el procedimiento seguido, hasta que a la ministra Narbona se le cruzaron los cables, o al presidente Chaves le echaron cascotes en la puerta de casa los de Greenpeace (hay que ser más imaginativos, amigo Toledano).Lo peor que no hay ningún Asterix a la vista ni en Carboneras ni en Andalucía.