La experiencia es la madre de la ciencia (otros dicen que la demencia, pero no viene al caso), y algo de eso debe ser, cuando el ya candidato in pectore a la alcaldía de Almería por el PSOE, José Antonio Amate, se atreve a afirmar con rotundidad -ahora que ha vuelto- que el Comité Federal dictará una resolución para impedir las elecciones Primarias en aquellos municipios superiores a 50.000 habitantes.
Tras el golpe de efecto que fue establecer el sistema de Primarias, mediante el cual cualquier militante socialista se podía presentar a ocupar cualquier cargo, y luego las bases decidían; se hizo el primer cambio.No fue para incentivar la democracia interna; todo lo contrario, se estableció que allá donde ya gobernara el PSOE, si el alcalde quería presentarse a la reelección, no se harían Primarias.Ahora, en otro alarde de progresismo, de acercamiento a la militancia, el Comité Federal de los socialistas decidirá que tampoco haya Primarias en los municipios de más de 50.000 habitantes. Volverá todo al sistema antiguo de la elección de canditato por el Comité Ejecutivo, y su ratificación por los órganos inferiores.
Es decir, que tras la experiencia que ha supuesto que las Primarias hayan permitido a alguien como José Luis Rodríguez Zapatero llegar a la Presidencia del Gobierno, el PSOE ha decidido que este sistema no es el adecuado. ¿Esto lo sabe ZP?.
Trayendo más cerca la cuestión cabe preguntarse también porqué el señor Amate prefiere que no haya unas Primarias en las que las bases socialistas le aupen al liderazgo.Se entiende que sería grave para el aparato que en Almería la candidata fuera Maricarmen Ortiz y en El Ejido, Manuel Pérez Galindo.Atentos a las explicaciones que los defensores de este sistema -como el secretario provincial Martín Soler- dan para apoyar ahora justo lo contrario.
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