2.5.06

Nuestra realidad nacional

El Parlamento de Andalucía debatía ayer el nuevo Estatuto de Autonomía, que superado este trámite, irá a Madrid, donde también será aprobado, y regresará para ser sometido a referendum.La cuestión sobre la definición de Andalucía ha sido el centro de la polémica casi todo el tiempo, y justo es pensar que más de un almeriense ha pensado que nada de esto tiene que ver con su realidad. La verdad es que tiene que ver y mucho, pero los políticos lo han hecho tan rematadamente mal, que sólo han logrado aburrir a quienes tenían algo de interés.Los grandes temas que afectan a los almerienses en concreto, la agricultura, la pesca, la inmigración, el medioambiente, las subvenciones... están regulados en gran medida por la Unión Europea, por lo que parece justo tener un Estatuto que permita nuestra presencia activa en aquellos órganos que estimemos oportunos, y que nuestros tomates no sean moneda de cambio en relación al pescado gallego, por poner un ejemplo.Del mismo modo, es evidente que guste más o menos, se ha abierto la caja de Pandora con las reformas estatutarias, y por tanto resultaba obligado que Andalucía no se quedara fuera. Así, es obvio que debían blindarse competencias que eviten tentaciones centralistas de futuros gobiernos españoles, o que nuestra finaciación vaya ganando enteros para sacarnos de nuestro agujero porque en 25 años no hemos avanzado nada, ya que seguimos en el mismo furgón de hace un cuarto de siglo.También parece lógico que la definición de Andalucía vaya, poco a poco adecuandose a nuestra realidad histórica. La postura del PP y del PA les pasará factura. A los primeros por llegar tarde otra vez a la cita con Andalucía, y a los segundos (a pesar de su buen trabajo) por hacer gala de una intransigencia inaudita (sólo una nación puede ser realidad nacional... ¿entonces donde está el problema?).Lo curioso es que sin aceptar prácticamente ninguna propuesta de IU, ésta apoya el estatuto apadrinado por el PSOE.

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