3.5.06

Que tiran el Teatro Cervantes

En ocasiones el liberalismo a ultranza tiene estas contradicciones, en las que los paganos acabamos siendo todos los ciudadanos, pero los beneficiarios sólo son unos pocos.Mirando más allá de la descoordinación que supone que una misma administración cierre el local donde otra va a realizar un acto, y que no le avise antes, y que tampoco se pongan de acuerdo en los motivos de la clausura, encontramos la triste realidad del Teatro Cervantes, eje de la vida cultural almeriense durante muchos años.Lo importante es que la declaración de Bien de Interés Cultural que otorga la Junta de Andalucía no sirve para nada, como lo demuestra el estado de conservación no sólo del Teatro, sino de otras instalaciones con la misma consideración. Desconozco si esa catalogación implica algún tipo de obligación por parte del propietario; pero en el caso de que no sea así... de poco vale si no se obliga a mantener adecuadamente el edificio (o lo que sea), y si no se obliga a nada... tampoco sabemos para que sirve.Que particulares tengan en propiedad bienes de interés cultural no es en principio malo, siempre que exista una obligación por parte de la administración de que estén a disposición pública. Y la administración lógicamente compensa a esos propietarios de distintas formas, desde el pago directo por el uso, hasta la más atractiva fórmula de la vía impositiva.El caso es que el Teatro Cervantes ha sido cerrado porque carece de medidas de seguridad -entre otras cosas- y la pregunta es si eso es nuevo, de ahora, o lleva años así. En cualquier caso ahora a lo que hay que responder es a cómo debe encararse esta nueva situación, y parece que las alternativas ni son muchas ni están claras.El PSOE propugna la expropiación a lo Evo Morales, en lo que se alinéa IU, en tanto que el equipo de Gobierno municipal se muestra dubitativo, y la Junta de Andalucía no se pronuncia.Cuanto más habrá que esperar antes de que se caiga.

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