Una reflexión sobre el candidato socialista a la alcaldía de Almería.
Los socialistas no saben dónde se están metiendo. La confirmación de que Martín Soler no será el candidato a la alcaldía, a pesar de ser el secretario provincial del PSOE, a pesar de ser parlamentario, a pesar de ser senador, a pesar de ser el portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Almería, a pesar de haber dado un golpe de mano para cargarse la dirección de la agrupación local de la capital, a pesar de haber dado otro golpe para quitar un mes antes de las pasadas elecciones municipales al candidato -que era el alcalde Santiago Martínez Cabrejas- para ponerse él, a pesar de haber metido en vereda -vía sueldo municipal de 3.000 euros mensuales más extras- a su enemigo Diego López, a pesar de esto y muchas otras cosas más, deja en manos de otro enemigo la candidatura a la alcaldía almeriense. La pregunta es si no será un caramelo envenenado y será el propio José Antonio Amate el primer boicoteador de su candidatura. Quien sabe, esto no ha hecho más que empezar -o seguir- y el lío va a ser monumental. Al loro.