5.5.06

Pactos y tránsfugas

Decía ayer la consejera Evangelina Naranjo, que el PSOE no quiere convocar la Mesa Antitransfuguismo porque Javier Arenas nunca cumple su palabra, y porque el Partido Popular es precisamente el más beneficiado por estas situaciones a nivel andaluz.Sucede que la consejera cae en una contradicción al argumentar esto, ya que si los socialistas son los más perjudicados por el transfuguismo, no se entienden que sean los únicos que se oponen a la convocatoria de la Mesa en la que habría que analizar todas y cada una de estas situaciones.Del mismo modo, si es cierto que Arenas no cumple su palabra, qué mejor que dejarlo en evidencia en dicha reunión.Desmontada esa doble crítica, lo que resta es preguntarse a qué tiene miedo el PSOE; o dicho menos drásticamente, qué se esconde detrás de la negativa socialista.No hay que irse mucho más allá de la calle Navarro Rodrigo de la capital almeriense, para encontrar el motivo de la postura del PSOE.El enfrentamiento viene porque para el PP es un escándalo de primer magnitud que la Diputación tenga un equipo de gobierno de tres personas que “además son tránsfugas”, y a los que sostiene el PSOE mediante un “pacto” que va más allá del presente mandato, y se extiende de cara a los resultados de las próximas elecciones municipales. El PP, que defiende esa línea, cree que les beneficia airear esa postura y hacer el mayor ruido posible con ella, porque perjudicará al PSOE.Por contra, los socialistas dan por buenas las mociones de censura sufridas en Andalucía a manos del PP y los tránsfugas, si con lo que pasa en Almería destruyen el partido de Gabriel Amat para muchos años, empezando por recuperar la Diputación en las próximas elecciones municipales.La Mesa Antitransfuguismo no sirve para nada, habida cuenta de que lo que hace falta es la eliminación de la figura del tránsfuga, no un pacto que nadie cumple.

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