Quien manda es la ministra

Exhibió para demostrar la legalidad del hotel del Algarrobico más papeles de los que nunca han mostrado quienes quieren echarlo abajo. El alcalde de Carboneras, el socialista Cristobal Fernández, empapeló el pequeño salón del hotel en el que ofreció la rueda de prensa destinada a defender su gestión en este asunto. Curiosamente no la hizo en la sede del PSOE, desde donde fue convocada, y tuvo a su espalda el cartel de su partido... pero no la hizo en la sede.Al margen de esto, el alcalde de Carboneras dió cumplida respuesta a todo lo ocurrido desde que se planteó la posibilidad de construir en complejo hotelero y residencial, narró detalladamente los trámites burocráticos, las exposiciones públicas que no recibieron alegaciones de nadie, y mucho menos de quienes hoy se oponen a él y claman por su desaparición. Dejó en evidencia al Partido Popular y a Izquierda Unida, y defendió como pudo a su compañera Fuensanta Coves, consejera de Medio Ambiente. Y pudo poco, es la verdad. A la ministra Narbona, sólo la nombró una vez para recordar lo que contamina la central térmica según ella.Cristobal Fernández no respondió a una pregunta clave, la de porqué si todo el procedimiento había sido legal, ahora Coves hablaba de hotel ilegal y había que buscar cualquier estrategia para conseguir su derribo.Al alcalde de Carboneras no le falta razón en sus argumentos, en que no pueden ser una “reserva india” a la que acudan a bañarse los que se alojan en hoteles de Mojácar o Almería, que necesitan desarrollarse dentro de la sostenibilidad, pero es que ya no es el turno de si el hotel es legal o no, sino de explicar el motivo por el que hay que tirarlo abajo como sea.No lo dijo el alcalde, pero desde fuera la impresión que da es que Madrid sigue decidiendo en Andalucía, que como una ministra ha dicho “fuera el hotel”, pues una consejera y un gobierno autonómico en pleno han obedecido como corderitos. Así va Andalucía.