18.9.06

Que nos cuenten qué pasa aquí

¿No resulta sorprendente que a estas alturas no haya ni una sóla pista que permita una detención -al menos una- por el asesinato de Juan Asensio?Lo realmente sorprendente es que a quien quiera que se le hace esa pregunta responde lo mismo: No, no es sorprendente.Eso debería preocupar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque su honor va en ello. Pero más aún debería preocupar al responsable político de turno, de quien todos vamos a acabar teniendo sospechas de ser quien para la investigación, o de ser incapaz de que se ponga el énfasis suficiente en encontrar a los culpables. Por acción u omisión en definitiva.Lo preocupante es que en la noche del domingo otra persona, Giuseppe D´Amico, ha sido asesinada a tiros (dos o cinco) en una escenografía que recuerda una ejecución al más puro estilo mafioso. Las relaciones entre este muerto y el anteriormente mencionado, es tan conocida que da lugar a nuevos interrogantes para los que pedimos respuesta.Podemos unir estas muertes sin respuesta policial, y por tanto judicial, y mucho menos penal, a las otras operaciones sí desveladas en los ámbitos policial, judicial y penal relativas a las mafias de la droga, de la prostitución, y últimamente hasta del ladrillo, y volver a hacernos la pregunta de qué está pasando en Almería.Por mucho que desde el Ministerio del Interior se haya dado orden de no informar de los datos estadísticos de delincuencia, eso no va a contribuir a calmar al ciudadano medio.Cuando el tiempo pasa y no hay respuestas a las preguntas que hace la calle, la sensación de inseguridad crece, se acentúa. Cuando a un crimen sin respuesta le sucede otro sin respuesta, está claro que quien tiene que protegernos no lo hace. Y eso es para preocuparse, por eso es urgente que alguien nos cuente qué está pasando en Almería.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo dos diferencias entre el asesinato de Juan Asensio y el de Giuseppe d'Amico: el primero fue ejecutado por un sicario, muy profesional. El segundo indica tortura antes de la muerte, por lo que su ejecución pudo producirse por su enemigo, aprovechando la discreción del lugar.

Reflexión: Quien se pasa la vida sembrando enemigos, al final recibe la correspondiente cosecha, y a nadie extraña este suceso.

Mirándolo asépticamente, creo que la sociedad gana cuando desaparece un indivíduo de éstos.

De cualquier manera, no deseo a ningún ser humano morir de esta forma tan cruel.

Anónimo dijo...

Yo tampoco, desde luego, pero parece que esto es cosa de auténticos mafiosos. Las dos muertes son muy similares y a mí me da que la Policía va a tener difícil dar, no con el ejecutor, sino con el que ha ordenado que se produzcan estos crímenes.

Anónimo dijo...

No, no es sorprendente que no se haga público nada, porque claramente no hay ni voluntad policial ni política de que se haga público. Es el trabajo de los periodistas y de los ciudadanos decentes denunciar y aclarar esto y así contribuir a aclarar Almería del tejido mafiosos de drogas, ladrillo, prostitución, política y crimen.