8.9.06

Entre la lisonja y la amenaza

Imaginemos que tenemos un alto cargo para el que hay que ser magnífico, imaginemos que hemos creado un equipo de consenso, imaginemos que una buena mañana nos enteramos por la prensa de que uno de los miembros de nuestro equipo anuncia que será candidato a nuestro puesto; la pregunta es cómo debemos actuar. ¿Debemos mantenerle en el cargo, ofreciéndole así una plataforma desde la que mover hilos contra nosotros? ¿Debemos creer sus palabras públicas de que siempre ha sido fiel a nosotros y a el equipo? ¿Debemos creer en todo caso que lo seguirá siendo el resto del tiempo que queda hasta la elección? ¿Debemos por tanto seguir manteniendo en él la confianza?Mientras usted se lo piensa... volvamos a imaginar un rato.Imaginemos que tenemos un alto cargo para el que hay que ser magnífico. Imaginemos que hasta nuestros enemigos admiten la posibilidad de que lo revalidemos si nos presentamos a la reelección, aunque sólo sea porque ellos están divididos y además no convencen. Imaginemos que un buen día entra alguien en nuestro despacho y nos ofrece una estupenda retirada, lo que comunmente se llama una patada hacia arriba... otro despacho en otro sitio, secretario o secretaria, coche oficial, teléfono, relevancia social, disponibilidad económica más que aceptable... y todo si no nos presentamos a la reelección.Imaginemos que mientras nos lo pensamos, entra otro -o el mismo, cansado de esperar- y nos amenaza con todo tipo de armas, a sabiendas de que no dudará en usarlas si nos presentamos.¿Qué debemos hacer? ¿Nos presentamos a la reelección o no? ¿Aceptamos la lisonja o la amenaza?Es obvio que las respuestas a la primera y a la segunda baterías de preguntas, conforman una personalidad determinada, la del luchador y la del acomodado, pero también la de quien tiene enfrente, lo que busca y lo que está dispuesto a hacer para conseguirlo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como supongo que hablamos del cso Molina, que vamos a decir , un tipejo que penia del PCE y recalo en el PSOE para mayor gloria de su cuenta corriente, en cuanto al otro a Almecija, pues tampoco es que sea santo de mi devocion, pero entre un tonto ejrciendo de comisario politico y otro haciendo cosas interesantes, me que do con el segundo.

Anónimo dijo...

Pienso exactamente lo mismo. Además acabo de ver en la edición online de Diario de Almería que Molina se define a si mismo como "la luz de la UAL". ¿Se puede ser más mesianicamente gilipollas?

Anónimo dijo...

A Molina se ve que cuando su mujer le puso los cuernos y estos le salieron, años ha, le debio de tocar el cerebro, claro que siendo comisario politico de un gobierno de nepotistas e hijos de mujeres publicas, que se puede esperar, lo unico que la falta decir es que tiene"talante". La mano de Polanco cada vez es mas alrga, y en este pais, pase lo que pase, siempre gana Polanco, el amo del PSOE.

Anónimo dijo...

Rafaelico: me encanta ver lo sutil que eres en este editorial. Sigue así, y llegarás a convertir este blog en algo más. Espero que no venga nadie a censurar nada.

De esos candidatos, pienso que da pena el hecho de que no haya otra alternativa.

La ínfima calidad humana del rector-figurón que tenemos, ha quedado sólidamente constatada, pero ¿Va a ser Molina su alternativa? ¿Vamos a salir de Guatemala para meternos en Guatepeor?

¿Es que no hay mejores personas en esta Universidad para el puesto de Rector?