21.9.06

Operación Cervantes

El acuerdo al que ha llegado el Ayuntamiento de Almería para conseguir que el Teatro Cervantes tenga una gestión municipal ha resultado ser una sorpresa, habida cuenta de que la oposición no salido inmediatamente al paso para criticarla, y bien es cierto que tampoco la han alabado. Es como si no esperaran que culminara con éxito la negociación.Lo más importante de todo esto no es el coste que tendrá para las arcas municipales, puesto que cuando se habla de recuperar un edificio histórico, y hacerlo para que tener un espacio cultural o social más, no debe ser el dinero la clave de la crítica si la hubiera. Pero es que a la luz está que tampoco es tanto, si tenemos en cuenta que habrá que pagar 750.000 euros a los actuales inquilinos, la empresa Syntagmo, para que abandone las instalaciones ya, a pesar de tener firmado un contrato para seguir ahí nueve años más; a eso habrá que añadir el dinero que el Consistorio tenga que invertir en rehabilitarlo y restaurarlo, que no va a ser poco. Si sumamos ambas cifras y lo dividimos entre 60 años, que es el tiempo por el que el Círculo Mercantil lo cede al Ayuntamiento, tendremos lo que podríamos llamar “alquiler” anual del edificio, que oficialmente será cero euros. Mucho o poco es cuestión de quién mire la cantidad, y para comparar, no olvidemos que se está pagando 30.000 euros mensuales por las dependencias del área de Urbanismo en la Rambla García Lorca.De cualquier modo, el Ayuntamiento no tiene porqué correr con todos estos gastos solo. Ni debe hacerlo.La creación de Fundación en la que participen otras instituciones como la Diputación o la Junta de Andalucía, o entidades financieras, así como los propietarios del edificio, el Círculo Mercantil, parece la solución más viable para compartir tanto lo bueno como lo malo.A ver si es posible que en Almería alguien mire algo más que su propio ombligo político.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pienso que la Junta de Sevilla debe meter sus garras lo menos posible en este asunto.
Ya se quedaron para ellos nuestro Casino de toda la vida, y verlos controlando el Teatro Cervantes sería demasiado para mi sensibilidad almeriense.