Una cosa es poner fuentes...

El delegado de Medio Ambiente, Juan José Luque, va a ser juzgado el próximo día 15 de septiembre como presunto autor de delitos contra el medioambiente que supuestamente protege, además tráfico de influencias y cohecho. Junto a él se sentarán otros encausados, no siendo ninguno de ellos del nivel socioeconómico de aquel alpujarreño condenado por coger manzanilla en Sierra Nevada.Pero claro, que Juan José Luque tenga que pasar por el trámite nunca agradable del banquillo de los acusados, no extraña si se recuerda que las primeras palabras públicas que tuvo cuando sustituyó en el cargo a Martín Soler fueron en medio de la polémica de las Salinas de Guardias Viejas en El Ejido, cuando comentó que no era relevante proteger el pato malvasía.A partir de aquel momento la lista de despropósitos han sido de bulto, tan de bulto tan de bulto que ahí tenemos el hotel del Algarrobico, prácticamente acabado, y es ahora cuando la Junta de Andalucía ha decidido meterle mano al desaguisado mientras él defendía la legalidad del mismo.Eso por no referirnos al caso de la polémica urbanización Marina de Agua Amarga, por la que ha mostrado su preocupación la Unión Europea. Pero podemos mirar hacia cualquier punto de la provincia y observar como se realizan desmontes indiscriminadamente para construir invernaderos, y el señor Luque insiste en hacernos creer que eso no pasa. Igual sucede con el litoral almeriense, cada vez más abigarrado de construcciones de todo tipo, sin que alce la voz en defensa del medio natural.Y por poner un último ejemplo de su gestión tenemos el estupendo Parque de El Boticario, del que evidentemente hay que reconocer su excelencia, pero dos veranos después de su apertura sigue sin haber agua para beber en las innumerables fuentes secas que tiene.