Goebbles y Murdoch

Estamos asistiendo al linchamiento del alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, de parte de su equipo de Gobierno, del PP en pleno, y casi también de GIAL, sin más pruebas que las suposiciones de quienes son declaradamente sus enemigos.Es sorprendente que los políticos se agarren al clavo ardiendo de unas informaciones periodísticas que no son ni lo uno ni lo otro, es decir, ni informaciones ni periodísticas. El socialista Joaquín Jiménez, nadando y guardando la ropa, no cesa de hablar del tema de Interges, pero siempre con la muletilla de “según” tal medio de comunicación. Y es que lo que tenemos a día de hoy es que la empresa con sede en Madrid FCC contrató (no hemos visto el contrato, pero nos fiaremos de quienes dicen haberlo visto) a una empresa almeriense, para que le representara ante el Ayuntamiento de Almería, que iba a volver a sacar a concurso el servicio que ella ya prestaba.FCC niega haber pagado por esto ya que al final no se hizo el trabajo, y nadie ha demostrado que ese pago se haya realizado. Y si se hubiera hecho, tampoco es delictivo que una empresa pague a otra por un servicio.La clave está en si ese dinero habría servido para tocer -dejémoslo en esa expresión- la voluntad de algún político en el proceso de concesión. Si eso se demostrara estaríamos ante un caso de corrupción flagrante.Lo cierto es que a día de hoy, nadie ha demostrado que el servicio para el que se contrató a Interges se hiciera, tampoco que los pagos se llegaran a efectuar, y mucho menos que ese dinero acabara en manos del PP, del GIAL o de personas concretas de dichos partidos (aunque las personas pueden hacer donaciones a los partidos, que eso no es ilegal).Y esto no es la defensa de nadie, sino de la profesión de periodista, que debía estar alejada de la línea de trabajo de Goebbels, que decía “difama que algo queda”, o de aquello de Murdoch “no dejes que la verdad te estropee un titular”.