Espantás diversas

No vayamos a pensar que los políticos son tan peseteros (por fastidiar, hasta esta palabra nos han fastidiado los euros) que acuden a los plenos para cobrarlos, y que luego se largan antes de que acaben para no aguantar el tostón. Pero lo parece. En la Diputación, por ejemplo, se ha convertido en costumbre, y se cruzan apuestas sobre el punto del orden del día en que los diputados del PP se marcharán.Todo lo malo cunde, y así, cuando el otro día el gobierno municipal de la capital decidía no dar trámite a unas mociones que el grupo socialista quería pasar por el pleno, argumentando entre otras razones -pero fue la de más calado público- que el PSOE y los tres del PAL actuaban del mismo modo con las presentadas por el PP (más de quinientos folios acumulan en sus archivadores) en la Diputación, lo que menos podía uno imaginar es que el guión se repitiera.Es decir, que quienes critican que el PP haya trasladado al Ayuntamiento de Almería la crispación que se vive en la Diputación están inhabilitados para actuar de esa misma forma. Si se rechaza que el grupo popular provincial abandone un pleno harto de “aguantar”, también hay que rechazar que el grupo municipal socialista haga lo mismo en la capital. Si está mal bloquear mociones -que le pregunten a Juan Megino cuantas les frenó el tandem PSOE-IU cuando el lideraba el PP en la oposición, lo está en Ayuntamiento y en Diputación, y si está mal abandonar una sesión plenaria, lo está también en ambos sitios.Y a todo esto habrá que comenzar a preguntar al grupo municipal socialista, empezando por su portavoz, Martín Soler, si el candidato a ocupar su puesto, José Antonio Amate, está de acuerdo o no con estas formas, si él hubiera hecho lo mismo, o si estas maneras son un modo sibilino de ir hundiendo la imagen del PSOE, no vaya a ganar las próximas elecciones Amate donde perdió Soler. Imperdonable.Cómo se está calentando Almería, y no es Lorenzo.