Escándalo, es un escándalo

La verdad es que con mi nombre y con mi apellido, no es lo más adecuado titular un artículo como lo he hecho, pero es que esa es la mejor forma de describir la situación que estamos viviendo en estos inicios de precampaña electoral.

Aquí parece que alguien ha querido abrir la caja de Pandora, y eso lo que tiene es que Pandora se lía a dar mamporros a diestro y siniestro.Ha habido una arremetida directa contra una concejala del PP en el Ayuntamiento de Almería, a la que algunos han dado más portadas por este asunto del que dieron al Tsunami, demostrando la profesionalidad que les caracteriza.

La respuesta ha sido dejar en evidencia que en todos sitios cuecen habas, y que puestos a ello, en el entorno del PSOE también hay indicios de ilegalidades e irregularidades urbanísticas.Es preferible que salgan a la luz estos y otros casos de corruptelas o corrupciones, y que los ciudadanos tengamos conocimiento de lo que se fragua en despachos y comidas de trabajo.Los políticos no sólo tienen que ser honestos, también deben parecerlo, y si esto se acaba aquí, la impresión que todos tendremos es que les ha asustado el vértigo.

O lo que es lo mismo, que “alguien” ha llamado a “alguien” y le ha dicho “esta guerra no favorece a nadie y nos perjudica a los dos... ¿mejor declaramos un alto el fuego permanente, no?”.Imaginemos por un momento que el candidato de uno de los partidos que se presentarán a las elecciones municipales ha hecho una obra ilegal en su casa, en su ático, para concretar más, y que no le gustaría que eso fuera portada de ningún periódico porque podría perjudicar su renovada imagen de mirlo blanco. Seguro que si esa hipótesis se planteara, pediría calma y tranquilidad a los suyos “no vayamos a liarla”.Seguro que se sientan todos sobre la caja de Pandora para que no se abra y no veamos qué hay dentro.