Y tú más, calamar

El patético senador Peña ha respondido a la evidencia con el reconocimiento. Y con la amenaza, que es el mismo arma que dice que han utilizado contra él... así que ya le vale.
Ha reconocido -con estas orejas lo he oido- que efectivamente su estupendo chalet no se ajusta del todo a la legalidad, que es el motivo por el que el Ayuntamiento de Roquetas ordena la paralización de las obras, y como no las para (aquí podría recordar sus tropiezos con la ley, por el asalto a la sede de una entidad y que supuso su condena en sentencia firme, o la multa por echar abajo unos montes para construir invernaderos en una zona en la que además no se pueden poner... pero ahí lo tienen... de senador del Reino), se lo mandan hasta dos veces. Claro que seguidamente añade que hay otros peor que él, pero con el beneplácito del alcalde y presidente del Partido Popular (esto es importante) Gabriel Amat.
Su partido, aquel que decía ser socialista, obrero y hasta español (!si Pablo Iglesias levantara la cabeza!), dice que la Fiscalía Anticorrupción tiene un importante dossier sobre las actividades urbanísticas que se desarrollan en Roquetas de Mar y que auspicia su alcalde y presidente provincial del PP. Luego se las ingenia para casar esta inspección urbanística (cuyos datos reconoce mayormente ciertos) con una venganza del alcalde, como si eso no fuera lo que él mismo está haciendo.
Del mismo modo no le duelen prendas en poner en solfa la honestidad de Amat sembrando dudas sobre el origen de su patrimonio, pero es incapaz de responder sobre el suyo, el de un sencillo senador que cada vez tiene más tierras y que se construye ese magníco chalet que para sí quisiéramos algunos.
Da la impresión de que el PSOE, cuyo secretario provincial, Martín Soler, dio el visto bueno al informe de impacto ambiental del PGOU de Roquetas cuando era delegado de Medioambiente, no quiere que Amat tenga delante un buen rival en las próximas elecciones.